El reportaje preboda de Leticia y Fernando en la nieve

Y ahora que hemos entrado en la época estival y todos deseamos tardes de piscinita y unas cervezas para aliviar el calor vamos nosotros y no se nos ocurre otra cosa que mostraros un reportaje preboda bien fresquito y divertido, con dos amantes de los deportes de invierno. Desde la primera reunión que tuvimos con ellos nos dijeron que les encantaba el ski,  en su boda este deporte va a tener una presencia más que considerable, y que les haría mucha ilusión tener un reportaje preboda en la nieve. Además cuando vieron la sesión de fotos preboda  que habíamos hecho para otros novios no tuvieron ninguna duda. El quid de la cuestión vino cuando de repente te encuentras un invierno mucho más cálido de lo habitual ( problemas del cambio climático , que deberíamos solucionar), un invierno en el que casi puedes ir de manga corta y no nevaba ni rezando a San Judas Tadeo. Así que iban pasando los meses y aquí no caía una gota de nieve para tener un reportaje de boda. Nuestro gozo en un pozo porque nosotros como fotógrafos también disfrutamos muchísimo con la nieve. Pero bueno, llegó marzo y las nieves aparecieron en el horizonte. Y no una nevadita de tres al cuarto, con 10 cm de nieve en polvo que lo único para lo que sirve es para quitarse el gusanillo y tirar unas bolas de nieve que no hacen ni daño. No, llegó la gran nevada y con ella un montón de historias que compartir.

El como, dónde y las risas de este reportaje preboda

Así que con la gran nevada pusimos el mecanismo de preboda en modo on. En un principio pensé que Leticia y Fernando con lo vitales y enérgicos que son querrían unas fotografías preboda al más puro estilo slalom  y la verdad es que no me veía yo calzándome unos esquies con cámara al cuello y bajando una pista en La Pinilla, podría haber sido todo un desastre y acabar con mis huesitos en el hospital. No era plan. Así que después de que me aclararan este punto con alivio incluido por mi parte, decidimos simplemente dar un paseo por los alrededores de la estación y disfrutar del día como si fuéramos unos niños.

Tardamos un poco en entrar en calor, imaginaos no solo por la vergüenza inicial ( cosa que siempre ocurre) sino por que la temperatura no era para nada primaveral. Pero poco a poco se fueron soltando, al primer bolazo de nieve que les tiramos y ahí comenzó una tarde de risas de juegos y de diversión como pocas.

La verdad que es lo que más nos gusta de pasar las tardes con los novios los días de preboda. El ambiente es distendido, disfrutamos los unos como los otros y creamos un clima de camaradería y compadreo que luego nos viene muy bien para el día de la boda, donde los nervios están a flor de piel.

Si con este reportaje preboda no habéis tenido bastante y os apetece ver más, podéis disfrutar de más fotos preboda aquí.