Preboda blanca, la segunda que realizamos con Arancha y Santi. Un espacio vacío al final puede ser un mundo lleno de posibilidades. Y la verdad que esta también tenía muchas ganas de realizarla porque pocas veces me encuentro con novios que vayan a empezar su vida en común ( cuando se casan) desde cero. Lo normal o más habitual en estos tiempos es que lleves conviviendo ya desde antes de que digas el si quiero.
Da gusto tener unos novios tan dispuestos a cualquier cosa, así que cuando les conté la idea en seguida me la compraron y yo tan feliz. Los que no estuvieron tan felices fueron Gemma y David cuando vieron que las paredes eran blancas, los globos eran blancos y yo había pedido que fueran expresamente vestidos de blanco. Finalmente me cayeron todos encima cuando encima dije: a contraluz. Lo mejor de toda la preboda fue despertar a Arancha que como ella misma confesó iba dormida por dentro. No guapa y por fuera también ibas dormida. Pero, ¿a quien se le ocurre irse de despedida de soltera el día anterior? El caso es que al final nos lo pasamos genial. Entre el picnic en el suelo que hicimos, las ocurrencias de Carlos , y los chascarrillos de todos compartimos una tarde de risas.
La próxima vez que nos veamos fotográficamente hablando ya será en vuestra boda , porque aun nos queda un verano por delante para darle a la lengua. Y como te dije ayer el día de tu boda no me hagas la faena que no quiero ser TT. (Claro esto último sólo lo entendemos Arancha y yo. Claro es que ya llevamos dos años maquinando)